La Fiscalía pide 33 años de prisión para cuatro "kale borroka" que incendiaron un cajero en Barakaldo

Cuatro jóvenes acusados de formar un grupo de kale borroka e incendiar un cajero serán juzgados esta semana en la Audiencia Nacional por un tribunal presidido por el juez Gómez Bermúdez. En el juicio, que dio comienzo ayer y terminará el próximo jueves, los procesados negaron toda implicación con los hechos, ocurridos en febrero de 2008, y la posible pertenencia a un grupo radical. Delitos por los que la fiscal pidió 33 años de cárcel para cada uno de los imputados.

La fiscal Teresa Sandoval acusa a Sendoa Araz Jurado, Unaí Frías, Asier Gómez de Salazar y Jon Villanueva de formar un grupo de kale borroka que actuaba en la comarca conocida como Margen Izquierda del Gran Bilbao. No obstante, en el juicio sólo se intentará esclarecer si los imputados son los autores del incendio de un cajero, en una sucursal de BBVA en Barakaldo, que tuvo lugar el 10 de febrero de 2008. Un ataque que se realizó con dos garrafas llenas de líquido inflamable, de las cuáles sólo una llegó a prenderse.

Después de lanzar el ‘cóctel molotov’ contra el cajero, los jóvenes salieron huyendo del lugar y fueron perseguidos por una patrulla de la ertzaintza que se encontraba en las inmediaciones. Así, los agentes encontraron en el camino las pruebas que encajaron con el perfil genético de los imputados. Esta coincidencia llevó a la detención de los procesados, que llevan en prisión provisional desde 2008.

Los cuatro procesados, que no respondieron a las preguntas de la fiscal, negaron pertenecer a alguna organización terrorista y su implicación en los hechos diciendo que ese día se encontraban en los carnavales de Santutxu. En cuanto a los objetos que fueron incautados en sus hogares, algunos de ellos relacionados con la organización terrorista SEGI, los detenidos argumentaron que se puede obtener en cualquier sitio, en institutos, bares o en las fiestas populares.

Después de las declaraciones de los cuatro acusados, la sala llamó a testificar a doce ertzaintzas relacionados con el proceso de investigación y detención de los implicados. Tras escuchar todos los testimonios, el juez Bermúdez dio por terminada la primera de las jornadas de este juicio, que transcurrió sin incidentes.

Castle, demasiado típico...

El pasado jueves, Cuatro estrenó 'Castle' la nueva apuesta de la cadena por las series norteamericanas en prime time. La serie, cuyo protagonista es un famoso escritor de best-seller, sigue la línea argumentativa de investigación y crímenes, tan de moda últimamente en Estados Unidos con series como 'El mentalista', 'Caso Abierto' o 'Bones', entre otras. Sin embargo, esta trama carece de todo argumento novedoso y los personajes corresponden a prototipos demasiado explotados.

Richard Castle, interpretado por Nathan Fillion, es un escritor famocso y mujeriego que se ha quedado sin inspiración. Acaba de presentar su último libro, en la que da muerte a la protagonista de las novelas policiacas que lo han llevado al estrellato. Mientras, un asesino en serie recrea los crímenes que se producen en los libros de Castle, por lo que la polícia contacta con él. Así conoce a la otra protagonista del cotarro, una guapa dective llamada Kate Beckett (Stana Katic), que, aunque se opone a la presencia de Castle como asesor en el caso, es una ferviente admiradora de su obra.

A partir de ahí, la atracción fatal es el nexo de unión entre ambos. Castle es un chulillo bromista que en realidad muestra un sorprendente conocimiento para resolver asesinatos y ella, una chica seria a la que el protagonista intenta ablandarle el corazón.

En cuanto a los personajes secundarios, una abuela que fue actriz y aún no ha perdido sus aires de grandeza y la hija de Castle, quién hace más bien de niñera del protagonista, son los que completan el elenco. Lo dicho, prototipos.

Cuatro había anunciado este estreno hace meses, pero hasta el momento no se había vuelto a hablar de ella. Y el jueves fue el esperado estreno para esta serie que en Estados Unidos emite la cadena ABC.

En su puesta de largo en nuestro país, 'Castle' consiguió una cuota de pantalla del 5,4% en su primer capítulo(22.25 horas). Cifra que ascendió hasta el 7,4% en el segundo episodio (23.12 horas) que ofreció la cadena. Aunque modesto, es un buen share para la media que obtiene Cuatro habitualmente. Sin embargo, la competencia de los jueves ('Águila Roja' y 'Acusados') es muy fuerte para esta serie cuyo argumento peca de tipicazo. Habrá que esperar a ver si Castle es capaz de aguantar el tirón.

El Cristo del pueblo

Foto de Pedro J. Pacheco

Hacer desaparecer el Cristo de Monteagudo, en Murcia, ha sido la última propuesta del polémico letrado Mazón. Una hazaña que tocado hueso en la sociedad murciana. Y es que los ciudadanos de la región no están dispuestos a dejar que le extirpen un símbolo de su identidad tan fácilmente y las movilizaciones no se han hecho esperar. Así, el grupo en Facebook “Por la permanencia del Cristo de Monteagudo” ya cuenta con más de 7.300 fans que muestran su apoyo a este símbolo de la huerta.

Creado y financiado por los murcianos, el primer monumento se inauguró el 31 de octubre de 1926. Gracias a las colectas populares se recogió el dinero que costearía el Cristo de la huerta. Durante la Guerra Civil este símbolo fue abatido y hasta 1951 no se sustituyó por la estatua actual, obra de Nicolás Martínez Ramón. Así, lo que nació gracias al apoyo del pueblo se ha convertido en una especie de “skyline” huertano. Un faro que funciona en plena ciudad, pues conforme te vas aproximando a él, sabes que estás más cerca del hogar.

Qué los murcianos quieren al Cristo, es un hecho irrefutable, pero es que los musulmanes también se manifiestan en contra de la propuesta del abogado Mazón. Así, el secretario de la Unión de Comunidades Islámicas en Murcia, Mohamed Reda el Qady aseguró que quitar el cristo “es ridículo. Un atentado contra la civilización, la cultura y los valores como lo que hicieron los talibanes con los budas en Afganistán”, explicó.

El Gobierno regional también ha salido al paso y ha iniciado todas las gestiones para declarar al Sagrado Corazón de Jesús como un Bien de Interés Cultural (BIC) y evitar así que se acabe con este emblema. Sin embargo, José Luis Mazón está convencido de que antes o después su propuesta se hará viable y la sentencia de Estrasburgo caerá con todo su peso sobre este Cristo. Mientras, todo un pueblo se pregunta por qué este jurista se preocupa por un símbolo que no molesta a nadie cuando España se sume en una crisis y los juzgados están llenos de casos esperando ser resueltos.

Cultura, paisaje e historia. Tres visiones de un mismo monumento que ya ha pasado a pertenecer a la fauna y flora huertanas. Por eso, más allá de ideologías religiosas, este Cristo pertenece a la cultura murciana, a su pueblo, y no se puede quitar al pueblo lo que es del pueblo.