«El periodista se va a convertir en el proletario del siglo XXI, pero sin prole»

«El periodismo se está convirtiendo en una herramienta para crear una realidad paralela». Así definió el presente de la profesión el escritor Juan Manuel de Prada en el coloquio que mantuvo ayer en el máster de ABC. El columnista, que colabora en varios medios de prensa, televisión y radio, cree que el periodismo vive un momento difícil en el que el periodista que quiera ser libre «va a ser perseguido». Y es que, de Prada piensa que aunque se habla de la censura como algo de otro tiempo, «esta nunca ha sido tan eficaz como en la actualidad». «Los medios están a merced de los intereses de los poderosos, mientras que el periodista se convierte en la víctima que debe transmitir mensajes impuestos por las altas esferas». Así, de desesperanzador se mostró el escritor con el oficio, del que dijo que cada vez es más precario y está peor remunerado. «El periodista se va a convertir en el proletario del siglo XXI pero sin prole», sentenciaba Juan Manuel de Prada.

En cuanto al futuro de la prensa escrita se mostró contrario a la idea de que Internet sustituya a los diarios de papel, aunque si afirmó que la red provocará un cambio en los medios tanto de prensa, como de radio y televisión.

Para Juan Manuel de Prada la misión del periodista es «prometeica». «Los profesionales deben robarle el fuego a los poderosos y cambiar el periodismo desde dentro», explicó. Pero uno de los problemas es que los medios «son cada vez más débiles porque las audiencias se están fragmentando y los pequeños medios no pueden remunerar al profesional», delcaró.

En cuanto a la ley antidescargas que planea el Gobierno, de Prada se mostró contrario a su aprobación ya que supondría «interrumpir la transmisión cultural, que es imparable». Además, el escritor confesó que no creía en los derechos de autor, de los que dijo que son tan solo «una ficción política». Para Juan Manuel de Prada si se acepta este proyecto «el Estado se convertirá en el Gran Hermano».

El Oso de Poder

Rozando los cuatro millones de parados y con la crisis como mayor preocupación para los españoles, ayer las colas para comprar en Tous parecían anunciar que el fin del mundo estaba llegando y quien no poseyera el Oso de Poder no sería digno de sobrevivir.


Como buena española, ayer aproveché el último día para hacer las compras de reyes. Llegue a El Corte Inglés, otro de los templos donde la crisis parece ser una leyenda que cuentan por la calle, y lo primero que hice fue coger número para hacer cola en Tous. El electrónico marcaba el 320, si, aunque parezca mentira más de trescientas personas habían pasado ya por la caja del osito, y horrorizada vi que mi turno llegaría con el 492. Con este panorama tan desolador de como malgastar una mañana comencé a hacer otras compras, por ahorrar tiempo, que no dinero. Más de una hora después volví al mostrador de Tous pensando que ya quedaría poco para mi turno. Sin embargo, las ilusiones se rompieron al chocar con la multitud. Apenas habían pasado treinta números y quedaban como 150 personas por delante. Creí que colarme podría ser una solución, pero la espesura de la empleada o su buen hacer terminaron impidiéndolo,a pesar de que casi le rozo el billete por la nariz y que ya le había pedido el anillo y ella lo había guardado en su bolsillo para cuando llegara mi turno.

Pero la indignación me sobrepasaba. No tengo ni tanta paciencia ni tanta energía como para estar parada viendo como 150 personas deciden cuál va a ser el regalo perfecto después de mirar todos y cada uno de los complementos de la tienda. Así que guardé mi billete y me fui, sin entender que tiene el dichoso osito como para que media España lo persiga a pesar de lo caro que es conseguirlo. Tal es su fama, que hasta en facebook hay páginas dedicadas al oso del millón.

Medio mundo se ha estado preocupando por la epidemia de la Gripe A, pero la que realmente ha consumido a media España es la Fiebre del Oso, que ya se ha cobrado varios miles de millones ¡Y eso que estamos en crisis!