El 22 de diciembre llegó el Gordo de Navidad, pero también el invierno. La estación más fría del año se acomodó en casi todo el país, pero parece haberse olvidado de las tierras sureñas donde los ciudadanos se acuerdan de que es Navidad por las luces que adornan las calles. La temperatura parece indicar que estamos en plena primavera y es que el cambio climático está haciendo estragos. Parecía que una solución estaba cerca, pero lo cierto es que de la Cumbre de Copenhague no sacamos más que un fracaso. Ahora las miras están puestas en México, donde el próximo año celebrarán otra nueva Cumbre del Cambio Climático. A ver que pasa.
Mientras las altas temperaturas amenazan con no abandonarnos en todo el año y prueba de ellos es esta Navidad que en Murcia se está pasando a temperaturas primaverales. Sin ir más lejos, ayer el termómetro lucía unos inverosímiles 26ºC a eso de las tres de la tarde. Y aunque el frío, la nieve y la lluvia inundan media España, aquí seguimos de manga corta.
El cambio climático cada vez preocupa a más personas y los países se comprometen a intentar refrenarlo y ser menos contaminadores. Pero la realidad dista mucho de esta promesa. Cada año la temperatura aumenta, la sequía es cada vez más grave y los ecosistemas están sufriendo alteraciones cada día más graves. Así que ha llegado la hora de concienciarnos en que si no acabamos con al contaminación ya no serán nuestros nietos, sino nosotros mismos, quienes paguemos las cosecuencias del cambio climático en un plazo cada vez más corto.
Mientras las altas temperaturas amenazan con no abandonarnos en todo el año y prueba de ellos es esta Navidad que en Murcia se está pasando a temperaturas primaverales. Sin ir más lejos, ayer el termómetro lucía unos inverosímiles 26ºC a eso de las tres de la tarde. Y aunque el frío, la nieve y la lluvia inundan media España, aquí seguimos de manga corta.
El cambio climático cada vez preocupa a más personas y los países se comprometen a intentar refrenarlo y ser menos contaminadores. Pero la realidad dista mucho de esta promesa. Cada año la temperatura aumenta, la sequía es cada vez más grave y los ecosistemas están sufriendo alteraciones cada día más graves. Así que ha llegado la hora de concienciarnos en que si no acabamos con al contaminación ya no serán nuestros nietos, sino nosotros mismos, quienes paguemos las cosecuencias del cambio climático en un plazo cada vez más corto.
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La verdad que es chocante pasear por Murcia en camiseta. Por una parte, agradable, pero por otra, va uno desconfiando y pensando que esto es raro y antes no pasaba.
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