lunes, 1 de marzo de 2010

El Cristo del pueblo

Foto de Pedro J. Pacheco


Hacer desaparecer el Cristo de Monteagudo, en Murcia, ha sido la última propuesta del polémico letrado Mazón. Una hazaña que tocado hueso en la sociedad murciana. Y es que los ciudadanos de la región no están dispuestos a dejar que le extirpen un símbolo de su identidad tan fácilmente y las movilizaciones no se han hecho esperar. Así, el grupo en Facebook “Por la permanencia del Cristo de Monteagudo” ya cuenta con más de 7.300 fans que muestran su apoyo a este símbolo de la huerta.


Creado y financiado por los murcianos, el primer monumento se inauguró el 31 de octubre de 1926. Gracias a las colectas populares se recogió el dinero que costearía el Cristo de la huerta. Durante la Guerra Civil este símbolo fue abatido y hasta 1951 no se sustituyó por la estatua actual, obra de Nicolás Martínez Ramón. Así, lo que nació gracias al apoyo del pueblo se ha convertido en una especie de “skyline” huertano. Un faro que funciona en plena ciudad, pues conforme te vas aproximando a él, sabes que estás más cerca del hogar.


Qué los murcianos quieren al Cristo, es un hecho irrefutable, pero es que los musulmanes también se manifiestan en contra de la propuesta del abogado Mazón. Así, el secretario de la Unión de Comunidades Islámicas en Murcia, Mohamed Reda el Qady aseguró que quitar el cristo “es ridículo. Un atentado contra la civilización, la cultura y los valores como lo que hicieron los talibanes con los budas en Afganistán”, explicó.


El Gobierno regional también ha salido al paso y ha iniciado todas las gestiones para declarar al Sagrado Corazón de Jesús como un Bien de Interés Cultural (BIC) y evitar así que se acabe con este emblema. Sin embargo, José Luis Mazón está convencido de que antes o después su propuesta se hará viable y la sentencia de Estrasburgo caerá con todo su peso sobre este Cristo. Mientras, todo un pueblo se pregunta por qué este jurista se preocupa por un símbolo que no molesta a nadie cuando España se sume en una crisis y los juzgados están llenos de casos esperando ser resueltos.


Cultura, paisaje e historia. Tres visiones de un mismo monumento que ya ha pasado a pertenecer a la fauna y flora huertanas. Por eso, más allá de ideologías religiosas, este Cristo pertenece a la cultura murciana, a su pueblo, y no se puede quitar al pueblo lo que es del pueblo.



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